La narración
Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios  que les suceden a unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha  sucedido o que hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una  narración.
 JUGANDO AL MOLINO (Elena Fortún  "Celia en el mundo") 
 | La otra mañana fui al parque con mi tío. A su  lado se sentaron dos señoras muy gordas, con una niña y un chico. La niña se  puso a saltar a la comba mirándome; de tanto mirarme, siempre se equivocaba y no  podía llegar a aquello de "cuartana, color de manzana...". Una vez dijo muy  bajito:
 -¿Quieres jugar conmigo?
 Y yo lo oí y dije:
 -Sí, sí. Jugaremos  al molino.
 Cogidas las manos, empezamos a dar vueltas... "El molino, lleno de  agua, y la rueda, anda que anda, anda que anda...".
 Hasta que se me fue la  cabeza y me tuve que sentar en el suelo, ¡con una angustia en el  estómago!...
 | 
 
Elementos de la narración
- El narrador es la persona que cuenta la  historia. Si cuentas lo que te ha sucedido, tú eres el narrador. En los cuentos,  el narrador es el va contando lo que sucede y presentando a los  personajes.  
- Los personajes son los seres a los que les  ocurren los hechos que el narrador cuenta. Si cuentas lo que te ha pasado a ti,  además de ser el narrador eres un personaje de la historia. Si cuentas lo que  les ha pasado a tus padres, los personajes son ellos.  
- La acción son los hechos que se cuentan en el  relato.
 | Revolución Mexicana | 
 |  | 
 |  | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
 | 
La 
Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 
20 de noviembre de 
1910 con un levantamiento encabezado por 
Francisco I.  Madero contra el presidente autócrata 
Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios  movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque  en principio era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se  transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento  político y social más importante del 
siglo XX en México.
Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el  
Porfiriato. Desde 
1876 el general oaxaqueño 
Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del 
poder en  el país de manera 
dictatorial. La situación se prolongó por 34 años,  durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y  estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y  sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la  oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del 
siglo XX estallaron varias crisis en  diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de  algunos sectores con el Porfiriato.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su  mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La  oposición al gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En  ese contexto, 
Francisco I. Madero realizó diversas giras  en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos  en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva  candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en 
San Luis Potosí  por 
sedición. Durante su  estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a  Díaz.
Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los 
Estados Unidos. Desde 
San Antonio  proclamó el 
Plan de  San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 
20 de noviembre de 
1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera  instancia al norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del  territorio nacional. Una vez que los sublevados 
ocuparon Ciudad Juárez (
Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su  renuncia y se exilió en 
Francia.
En 
1911 se realizaron nuevas elecciones  donde resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias  con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de 
Emiliano Zapata y 
Pascual Orozco contra el  gobierno maderista. En 
1913 un movimiento  contrarrevolucionario, encabezado por 
Félix Díaz, 
Bernardo Reyes y 
Victoriano Huerta, dio un 
golpe de Estado. El  levantamiento militar, conocido como 
Decena Trágica, terminó con el asesinato de  Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente 
Pino Suárez. Huerta  asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes  revolucionarios como 
Venustiano Carranza y 
Francisco Villa. Tras  poco más de un año de lucha, y después de la 
ocupación  estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del  país.
A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones  que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos.  Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el 
Plan de Guadalupe, convocó a todas las  fuerzas a la 
Convención de Aguascalientes  para nombrar un líder único. En esa reunión 
Eulalio  Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades  reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la  Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción  de una nueva constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 
1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir.  En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes  revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y 
Obregón en  1928.
Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso  revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en el año de 
1917, con la proclamación de la Constitución mexicana,
 algunas otras en 
1920 con la presidencia de 
Adolfo de la Huerta  o 1924 con la de 
Plutarco Elías Calles.